Las flores del mal



Je sais combien il faut, sur la colline en flamme,
De peine, de sueur et de soleil cuisant
Pour engendrer ma vie et pour me donner l'âme;
Mais je ne serai point ingrat ni malfaisant,


Charles Baudelaire dedicó un capítulo al vino en su poemario Las flores del mal. Baudelaire fue un poeta maldito, bohemio donde los haya y decadente, oscuramente romántico. Entregado al vicio, se dedica a hacer el mal en si mismo, una forma de autodestrucción simbólica y crítica con sus contemporáneos burgueses. Se dijo de él que era Dante de una época decadente. El capítulo Le vin contiene cinco poemas maravillosos, en los que el autor repasa el vino y sus bebedores, desde el asesino hasta los amantes.

Para estos poemas os recomiendo un vino de Borgoña. Aunque este vino os pueda parecer poco decadente, no perdamos de vista que estamos tratando con lírica y la pinot noir, uva tremendamente delicada y tradicional de Borgoña, es una buena opción. Elijan un vino caro, el que puedan permitirse, el arte sublime debe maridarse con arte sublime. Y si terminan ebrios, Baudelaire sonreirá desde su tumba en Montparnasse.

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