Las edades de un Rioja


Hay una bodega en la Rioja que es admirable por preservar su patrimonio familiar y enológico, así como también son admirables sus vinos envejecidos, me refiero, lógicamente, a la bodega R. López de Heredia.

Los vinos que salen de este monumento-bodega como el Tondonia o el Cubillo son canosos y albergan mucha historia encerrada en el cristal de la botella. Una historia no sólo de una fruta que se convierte en vino, sino de un lugar, de una cultura, un pueblo dedicado al milagro de la uva. Una historia que leemos en cada agitación de copa, como desenroscando el vino o como si leyéramos los nudos de un árbol en los que cada edad perece tener un aroma.

Los vinos envejecidos siempre hay que desnudarlos en un decantador para no perder detalle de su anatomía. Yo descorché un Cubillo de 2004 y ya en la copa, sin agitar, comenzamos a percibir la piel curtida. En la primera vuelta salió la nuez moscada, la carne y algo de regaliz. Después de unos minutos, en las siguientes agitaciones sale la pintura, notas de cedro, un poco de manteca, más tarde, agitándolo más salió el espárrago, el higo y el membrillo. A cada vuelta, retrocedemos en el tiempo hasta su estado frutal, aunque ya pasificado. El desorche es como el límite de la expansión máxima del universo de un vino y es cuando comienza a contraerse volviendo a sus inicios, a la baya.

Enlace a "Viña Cubillo"

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