Vino del supermercado
El supermecado no es un lugar muy apropiado para comprar vinos, especialmente los que ya han perdido su juventud. La conservación del vino en estos templos del consumo es bastante mala: posición vertical de la botella, sequedad por la climatización, mucha luz, etc. Todo lo que no gusta al vino.
Sin embargo, en un apuro, uno tiene que recurrir a las compras en el supermercado hasta recalar en una bodega decente. En tal caso, como he sugerido, es mejor comprar vinos jóvenes o con poca crianza. Cuanto más envejecido, más delicado es, y como desconocemos todo su pasado de guarda, mejor no arriesgarse. Además, recomiendo comprar vinos no más viejos de dos años desde el actual.
En general, en el supermercado, uno puede encontrar vinos de marca, con esto me refiero a vinos de una calidad constante que, sin ser grandes vinos, nos sacan de un apuro. Los vinos que encontramos en las estanterías suelen ser muy estandarizados y poco originales. Los podemos comparar con otros productos del mismo super como el pan Bimbo o los helados Frigo.
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